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martes, 1 de diciembre de 2015

CICLO SEGUNDO, FASE VI: “PERSONAJES LEGENDARIOS” Capítulo 17. ENANOS (o "Nuestra Madre Tierra re-quiere lo pequeño")

























NUEVAS LEYENDAS DEL LAGO ATITLÁN 

 
Jorge Ruiz Cuesta

ATITLÁNCerca del Agua


 
ÍNDICE

FASE VI 
 “PERSONAJES LEGENDARIOS”
 
17. ENANOS (o "Nuestra Madre Tierra re-quiere lo pequeño")18. ALDOUS HUXLEY (o "La tozuda imaginación")
19. LAKE (o "El curandero gringo")
20. EL PRINCIPITO DEL LAGO (o "Personaje en busca de lector")







PREMISA TOMADA DE: “El universo de los aztecas”, de Jacques Soustelle, Fondo de cultura económica, 1982).
<<Nuestros Antepasados dejaron de vagar por el mundo buscando la tierra cuando encontraron a los dioses de la lluvia que aseguran el sustento, la germinación de la semilla, la multiplicación de la cosecha. Por eso toda la vida que germina en la tierra, tiene con la Lluvia una deuda de sangre que sólo podía satisfacerse mediante sacrificios. En honor y alabanza de la Lluvia, jamás por crueldad, se ofrecía lo más pequeño y sólo por eso se sacrificaron niños y se procuró incluso hacerlos llorar para que sus lágrimas anticiparan la lluvia imprescindible>>.

17. ENANOS
(o "Nuestra Madre Tierra re-quiere lo pequeño")

Cuentan los que saben, que son pocos y nada fáciles de hallar, que en los Antiguos Reinos Tz´utujiles proliferó a la orilla del Lago Atitlán un pueblo compuesto todo él por jardines y enanos. Allí nadie había oído hablar de Gulliver, ni de Lilliput, de enanismo, ni de poliomielitis, pero todo: las calles, las casas, las plazas, los muebles y hasta los árboles, tenían el tamaño encantador o encantado de lo pequeño y florido.
Sirena Tz´utujil. Dibujos JRC
En aquel tiempo, cuando el pueblo aún conservaba su nombre tz´utujil, todo se cultivaba y, paradójicamente, era más natural: las faldas del volcán proveían piedras, pájaros, frutos; las orillas del lago traían tules, peces, ceremonias, los patios de las casas niños, animales, secretos.  
Y todo, incluso lo invisible, tenía relevancia en el presente: las almas, los naguales, los naguales de las almas, las Señoras y Señores de los Cerros, los Volcanes, o el Lago, los Santos, los Apóstoles los Ángeles, las Vírgenes, las Hadas, los Charracoteles, el Perro de Kakasbal, la Mujer Pescado, la Llorona, el Maximón, las Ánimas, los Antepasados, los Ahogados, el Chip, las texeles y otros personajes difuntos de cualquier tradición…podían ser vistos por las casas, los jardines, las laderas del volcán o las orillas del lago.
Y en las calles, los patios, los bosques: flores. Muchas flores, flores y entidades de todos los tamaños, colores, fragancias, símbolos, evocaciones.
Entonces se pensaba que el agua del Lago podía estar impregnada por alguna clase de espíritu o poder que actuara sólo sobre algunas personas o naguales.
AñadPiezas de Feliciano Pop ir leyenda
En ese Reino, cuentan los que saben, que repito, son pocos y esquivos, crecer menos significaba vivir con el Corazón más cerca de Nuestra Madre Tierra. Era, por tanto, considerado un don y un privilegio.
Además, como es sabido, especialmente por antropólogos e investigadores de la cultura maya, los dioses de la lluvia, los Chacs, tenían predilección por las cosas pequeñas, quizá porque pequeñas son las gotas en que se manifiesta la lluvia, a pesar de que juntas, formen los ríos, los lagos, el inmenso mar.
Emilio González Morales: Juego de Animales
Esta, y no una noción de crueldad que no tiene palabra equivalente en ninguna lengua maya, es la razón por la que las víctimas más habituales de los sacrificios eran niños y enanos. Muchos de ellos fueron arrojados a cenotes y lagos, unos todavía vivos, otros ya con el corazón arrancado. Si sobrevivían era señal inequívoca de su dignidad y se les premiaba con los más importantes cargos. Es difícil no considerar estos sacrificios sin horror, pero si se hace se comprende aquella cultura que tenía una noción tan distinta del yo, la individualidad, la libertad y la función o papel de cada cual en la ineludible búsqueda del equilibrio. 

Otra razón por la que se sabe que los dioses de la lluvia amaban las cosas pequeñas es porque en los santuarios se han encontrado numerosas ofrendas de metales, manos, animales, piedras hongo, vasijas y recipientes en miniatura.  
A los Chacs, esos dioses juguetones, caprichosos, amantes de lo pequeño y florido, se les ofrendaban tamales en miniatura, atole de maíz en pequeños cuencos y un poquitín de cacao en minúsculas calabacitas. Por si esto fuera poco, se sabe que en esas celebraciones y ceremonias cantaban niños muy pequeños para convocar la lluvia.Con el paso del tiempo, por la falta de contacto exterior, o en palabras de un antropólogo gringo que visitó la zona en el siglo XIX, por pura “endogamia“, el exceso de enanismo pareció remitirse a una cuestión genética. Un médico japonés, experto en acupuntura, que vino a Guatemala para conocer los métodos de un hierbero local, extendió la teoría de que las aguas del lago, en ciertos lugares, ciertos días, a ciertas horas, podían provocar poliomielitis. Nadie pudo arrancarle el secreto de esos lugares, días, horas, y el nipón se fue a su país mudo de terapias pero cargado de principios activos. 
El hecho es que en nuestros días son innumerables los herederos de aquel Antiguo Reino Tz´utujil. Si no les vemos inundando con sus menudas figuras las calles, las plazas, los mercados o los templos, es porque apenas salen de sus casas, no se sabe si por timidez o por una innata precaución frente a las personas que se dicen “grandes”, o peor aún, "normales", mientras sus cuerpos crecen inversa exponencial en relación a sus almas.
 



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FASE VI
“PERSONAJES LEGENDARIOS”
17. ENANOS (o "Nuestra Madre Tierra re-quiere lo pequeño")
18. ALDOUS HUXLEY (o "La tozuda imaginación")
19. LAKE (o "El curandero gringo")
 20. EL PRINCIPITO DEL LAGO (o "Personaje en busca de lector") 



Jorge Ruiz Cuesta

ATITLÁNCerca del Agua

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